martes, 10 de junio de 2008

VIDA EN PAREJA: FUENTE DE CRECIMIENTO PERSONAL




Existe un tipo de alegría que consiste en disfrutar de estar sol@, o mejor dicho, consigo mism@. Quienes lo han experimentado están altamente capacitad@s para compartir momentos de dicha, y tienen mucho que ofrecer a los demás.

Otro tipo de alegría es la que se puede experimentar en compañía de alguien, especialmente estando en pareja. Sin embargo, hay parejas que llegan a sentirse tan separadas como dos soledades que a menudo se preguntan:

“¿Qué estamos haciendo juntos?”

Muy frecuentemente en estos casos lo que falla no es el amor o la persona, sino la intimidad.

Cuando falta intimidad, la relación se vive como:

- desequilibrio entre los buenos y malos momentos: exceso de malos ratos, sufrimiento; la relación se vive desde una sensación de sacrificio.
- falta de reciprocidad y en consecuencia, ruptura de la armonía. Predomina la sensación de dar más de lo que se recibe;
- falta de atenciones, de cuidados hacia la pareja; los cuidados son dirigidos hacia todo lo que está fuera (trabajo, hijos, distracciones). Se castiga al otro de manera inconsciente a través de la indiferencia;
- falta de refuerzo de las cosas positivas que el otro hace, no hay acuse de recibo.

Se trata de una situación que impide el crecimiento de las dos personas que integran la pareja. Nunca es demasiado tarde para revisar la relación y actuar para recuperar la verdadera intimidad. He aquí algunas habilidades que podemos desarrollar para mejorar la vida en pareja:

- Expresar con claridad y concreción lo que estamos necesitando (respeto, tiempo, autonomía, compañía…), pedirlo sin exigir y, sobretodo, aprender a aceptar es espacio de libertad del otro cuando nos dice: “no”.
- Decidir conscientemente ponerme en la piel del otro, reconocer, imaginar su sentimiento presente y comunicarlo: “quizá te pone triste que …”, “pareces realmente molesto…”
- Reconocer y externar los propios sentimientos, aún el enojo, sin violencia. Esto equivale a poner límites amorosamente.
- Aprender a negociar los puntos de vista. Si hay diferencias, hacer valer los propios derechos sin dominar ni someter.
- Buscar la coherencia entre deseos y realidad. Adaptarse, si es necesario, a lo nuevo. Todo está vivo y puede modificarse.
- Dar mucha importancia a las cosas pequeñas y cotidianas: risas, caricias, serenidad, sensualidad, decir clara y específicamente frases de agradecimiento o petición: “acepto con gusto…”, “gracias por…”, “me sentiría muy content@ si …”



Aprendemos a amar en los primeros años de vida, en la convivencia con los padres. Sin embargo esto es algo que podemos modificar desde nuestra consciencia adulta, si fuese necesario.

María Elvira Rodríguez Colunga
PSICOTERAPEUTA GESTALT CON MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
Especialista en parejas y comunicación noviolenta



Entre Familia Soy Feliz

1 comentario:

Nacho Rodriguez dijo...

Gracias tía por tan bonito mensaje. Te cuento que he comenzado una relación de pareja muy linda, llevamos siendo novios casi 2 meses y nos sentimos muy contentos, pues hemos encontrado que además de las cosas en común que podemos tener, los dos estamos fomentando nuestra comunicación y confianza. Ahora como Psicólogo veo la vida y las relaciones humanas de una manera maravillosa, en donde siempre hay que apostarle al amor. Te mando un beso grande y un abrazo, esperando verte pronto. Saludos a Alex, Aldo, Rita, Fer y tu nieto. Nacho, desde Cancún.