Crecer: No sólo es ser más alto o más grande, sino también es buscar las pequeñas cosas cotidianas y desde allí proyectarnos para que juntos realicemos todos nuestros sueños.
Ser uno mismo: Es mirar dentro de nuestro corazón, que es el verdadero retorno a lo más profundo de uno, y no esconder aquello que sentimos o que somos.
Amar y ser Amado: El Amor es el sentimiento que atraviesa cualquier barrera y supera todos los obstáculos. Cada familia debe de abrir de par en par las puertas de su alma para que el Amor se instale en cada uno de sus integrantes y pueda ser entregado sin condiciones.
Dialogar: Es mucho más que contarnos con palabras lo que nos pasa. Dialogar también implica comprender esa mirada triste, sonreír en el momento adecuado o dar un abrazo cálido y tierno diciendo: “Estoy contigo”.
Confiar: Es saber que en nuestro hogar siempre vamos a encontrar serenidad y calma ante cualquier problema que tengamos que solucionar.
Respetarnos: Es aceptarnos cuando pensamos igual y más aún cuando alguna diferencia se instale en la casa. Recordemos que cada individuo es una persona única y que las diferencias también pueden unirnos.
Cuidarnos: No es otra cosa que estar atento a lo que les puede pasar a los que quiero y forman parte de MI FAMILIA.
Divertirnos: Es buscar un espacio, “ese espacio” donde cada uno pueda reír hasta el cansancio, correr hasta el infinito y compartirlo con los demás. Recordemos que lo que hagamos con nuestra familia puede ser un “plan” muy divertido.
Defendernos: Defender implica crecer en lo que tengo y sobretodo, valorarlo. En casa siempre encontraremos “el testimonio” más verdadero y cálido acerca de la vida, y todas aquellas preguntas que nos inquietan.
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