La escuela de padres no es solamente para los que tienen problemas con los hijos de drogadicción, alcoholismo, abandonos de escuelas, pandillas, graves desobediencias, etc., es también para los padres que quieren ser felices entre éllos y desean aprender a educar a esos pequeños angelitos que llegan sin manual de instrucciones. A algún sitio tienen que ir para aprender a criarlo bien y así conseguir que sea una persona de provecho el día de mañana.
Ya es un reto enorme aprender a llevarse bien entre los padres, a dar ejemplo a los hijos con sus vivencias y a educarles en todos los aspectos de la vida, como son: La religión, los valores humanos, cívicos y sociales, la salud, los estudios, la normas de educación, etc. Por éso hay que ir a los sitios donde lo enseñan, hablar con los que saben de ésto y leer algunos libros especializados.
- Que sean felices y que procuren hacer felices a los demás. Que se respeten a si mismos y que se hagan respetar por los otros.
- Que tengan buena autoestima, que se sientan capaces, útiles, valiosos, satisfechos con la labor que desempeñen en la vida.
- Que se acostumbren a llevar una vida sana en lo físico, en lo mental y psíquico y que no se dejen arrastrar por los vicios y los “cantos de sirena”.
- Que desde los primeros años aprendan a ser responsables y a no rehuir el esfuerzo y la autodisciplina necesaria para conseguir sus objetivos, teniendo bien claro que todo lo que vale, cuesta.
- Que tanto en circunstancias favorables como en las adversas, que no pierdan el equilibrio y la confianza en si mismos y conserven siempre una gran paz interior.
- Que no permitan que lo negativo del pasado les impida disfrutar de la vida y vivir plenamente el presente de cada día y que no les inquiete demasiado el futuro.
- Que no se dejen abatir por la depresión y los sentimientos negativos de indefensión, inutilidad o culpabilidad y que el denominador común de su vida sea una actitud mental positiva.
- Que sepan ser los constructores y guías de su propia existencia y tengan bien presente que siempre está en sus manos la posibilidad de elegir lo bueno y correcto, dejar lo que no conviene y cambiar cuanto de malo o perjudicial haya en su vida.
- Que aprendan a crecerse ante las dificultades y problemas, ante el dolor y la adversidad, con la esperanza de que siempre al final se encuentra una solución, una alternativa valida y hasta un éxito inesperado.
- Que tenga una actitud optimista y alegre, que no pierdan el sentido del humor y sepan desdramatizar y no hacer un problema por todo y contemplar siempre las cosas desde su relativo nivel de importancia.
Una vez que se tienen escritos en blanco y negro estos u otros deseos para con los hijos, los padres tienen que hacer un sincero examen de conciencia para determinar si las acciones que toman diariamente están en consonancia con estos deseos tan lógicos de tener. Estos deseos son como los agujeros de un cedazo por los que solamente pasan las cosas que tienen que pasar. Es posible que algunas decisiones se queden arriba del cedazo por que no cumplen con sus deseos en favor de los hijos.
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