“Entre todos los saberes posibles, existe uno imprescindible, el de que ciertas cosas nos convienen y otras no… nos convienen ciertos comportamientos y ciertas actitudes. A lo que nos conviene, solemos llamarlo “bueno” . Fernando Savater, de su libro Ética para Amador”
El ser humano vive en sociedad y para convivir (vivir con) en armonía, nos conviene tener las mejores relaciones con nuestros semejantes.
Nos conviene ser corteses, sinceros, respetuosos, honrados, prudentes justos, agradecidos, responsables, solidarios.
Los padres reconocen la importancia de enseñar a sus hijos todos estos valores y, no es tarea fácil. Los y las niñas deben saber que existen reglas básicas de comportamiento. Que las normas fueron hechas para protegernos. Ejemplo: “No pase”, “Alto” “Ponte el cinturón de seguridad”, etc.
Las reglas a las que hoy nos referiremos son sobre las buenas maneras y las cortesías que debemos practicar para ser respetuosos de los otros, en espera de que los otros respondan de la misma forma.
Estas reglas las aprenderán nuestros hijos, imitándonos, siguiendo el buen ejemplo y con explicaciones sencillas del por qué debemos seguirlas.
Recordemos que el niño aprende lo que vive, lo que ve, lo que escucha.
Evitemos las imposiciones, los castigos y golpes, cuando los hijos no cumplan con las normas que les exigimos. Ya que, estos buenos hábitos se enseñan una y otra vez, con paciencia y cariño.
Mencionaremos algunos comportamientos que harán un niño/a educado y consecuentemente aceptado. Con la aclaración de que la primera satisfacción es para el propio niño, porque él se sentirá a gusto y contento.
- Mantener una buena apariencia. Baño diario, higiene bucal, lavarse las manos antes de cada comida y después de ir al baño. arreglo de su pelo, ropa y calzado limpios. Los y las niñas son el reflejo de su hogar.
- Saludar a las personas con quienes convivimos: familia, maestra, amigos, etc.
- Hablar con atención y respeto a todas las personas, a los padres, maestros, amigos, al personal de servicio.
- Evitar las malas palabras.
Los adultos serán los primeros quienes deberán cuidar su lenguaje. Los pequeños aprenden y repiten lo que escuchan. - Tomar los alimentos con respeto y atención, pues la hora de la comida es, generalmente, la hora de reunión familiar.
- Colaborar en las tareas del hogar, con actividades que puedan desempeñar según su edad. Las tareas del hogar no tienen sexo, no son exclusivas de la madre.
- Comer cuidando de: Presentarse vestido, no jugar con los alimentos, pedir las cosas por favor, masticar con la boca cerrada, no hablar al mismo tiempo.
- No hacer ruidos con la boca o con los cubiertos.
- Usar la servilleta para la boca y manos, no usarla para limpiarse la nariz. No rascarse mientras se come.
- Preferentemente no bostezar pero si se hace, taparse la boca. Si se estornuda, taparse la boca y retirarse de la mesa.
- No meterse los dedos a la nariz.
- En la calle:
Considerar que los malos comportamientos tienen sanciones y consecuencias. Pueden ser reprendidos por autoridades o tener que pagar el objeto que lleguen a romper en alguna tienda. - Conservar el lado derecho, al caminar. Dar el paso a los mayores o a las personas que estén cargando algo.
- No escupir.
- Hacer buen uso de los sanitarios públicos.
- Respetar y cumplir con las reglas del lugar.
- Considerar que no en todas partes se puede jugar. No en las tiendas, ni en la biblioteca, ni en el templo, etc.
Mantener siempre una conducta digna de una persona educada.
Estos aprendizajes durarán y nos beneficiarán toda la vida. Nos haremos la vida más fácil, más grata y siempre seremos bienvenidos.
Si no se tuvo la oportunidad de aprender estas buenas maneras, hay que aprenderlas, nunca es tarde.
Si su hijo/a cumple con las normas, felicítelo/a, refuerce su conducta positivamente.
Recuerde: Hay dos palabras mágicas que abren puertas: Por favor y Gracias
María Jiménez de Beltrán
ANSPAC
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